Todos nos temíamos lo peor, la lluvia hizo acto de presencia, lo cual tuvo que retrasar la Procesión hasta las 22:00 de la noche, fue un regalo del Santísimo Cristo de la Sangre que pudira salir la procesión esa misma noche.
El cortejo, acontecimiento sublime, el cual no deja indiferente a nadie, un Vía Crucis Penitencial donde solo queda camino para la oración, la penitencia, el recogimiento o la solemnidad, si es verdad que es tradicional ver salir la imagen del Santísimo Cristo de la Sangre con la magistral marcha de “Al Señor de Sevilla” (que por cierto, sonó en la calle larga), aunque en su lugar si hubo una que estuvo a su altura, y al nivel de las procesiones, Crucifixus de José Alberto Pina, el cortejo simplemente sensacional, sonaron las notas musicales Luz de Alba, Mater Mea, Pasa la Soledad, Soledad Franciscana entre otras…
También que sirva de elogio la saeta en la Esquina del Convento, el rastrear de los anderos en la calle de la hoz o las estaciones que D. Antonio Muñoz Catalán leía a lo largo del recorrido.
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